Los Lideres... Lideran (Parasha Lej Leja)

 

LOS LIDERES… LIDERAN

 

En este Shabat 5 de noviembre de 2022 del calendario gregoriano, 11 del mes de Jeshvan de 5783 del calendario hebreo, leemos en la Torá la parashá Lej Lejá (Vete) – Genesis 12:1 – 17:27

 

Los líderes… lideran.

Los lideres no controlan a su gente, sino que la inspiran a hacer grandes cosas. Les dan los valores y las reglas que establecen los limites dentro de los cuales deben operar.  Después animan a la gente a salir y tomar decisiones por su cuenta.

Pero eso no significa que además no sean seguidores. Pero lo que ellos siguen es distinto que lo que sigue la mayoría de la gente.

No se conforman por el hecho de conformarse. No hacen lo que hacen los demás, meramente porque los otros lo hacen.

Existen personas que siguen a una voz interna, un llamado. Tienen una visión, no de lo que es, sino de lo que puede llegar a ser. Sus pensamientos y sentimientos están fuera de lo convencional. Marchan a un compás diferente.

Esto nunca fue expresado mejor que en las primeras palabras de Dios a Abraham, las palabras que pusieron en marcha la historia judía: “Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que Yo te mostraré”

(Génesis 12:1).

De acuerdo a lo mencionado en este versículo el patriarca Abraham no sabe adónde ir ya que Dios aun no le dijo el lugar, ya se lo mostrará, por lo tanto, deberá trabajar consigo, analizar la orden de Dios y modificar su pensamiento y sentimiento a fin de hacer lo que Dios le está indicando.

¿Por qué? Porque la gente se amolda. Adopta las costumbres y sobre todo la cultura del tiempo y lugar en el que vive – “tu tierra.”

Y a nivel más profundo, está influenciada por vecinos y amigos – “tu lugar de nacimiento.” Y más profundamente aún, moldeada por los padres y por la familia donde creció – “la casa de tu padre.”. Debe salir de su zona de confort.

Yo quiero que seas diferente, le dice Dios a Abraham. No por el mero hecho de serlo, sino para iniciar algo nuevo: una religión que no venere el poder y sus símbolos – que es para lo que fueron hechos y son los ídolos. “Porque Yo lo he elegido para que enseñe a sus hijos y a su familia después de él, que se mantengan en el camino del Señor, y practiquen lo que es justo y recto… (Génesis 18: 19)

“Y te haré un pueblo grande, te bendeciré y engrandeceré tu nombre y se bendición” (Genesis 12:2)

La fe no es la anulación de la personalidad ya que la misma genera dudas. Lo importante es que el ser humano no anule las dudas, sino que las equilibre. La fe es para seres vivientes, por lo tanto, la misma generará conflictos y dudas. La grandeza del ser humano será partir hacia su destino a pesar de sus dudas.

La finalidad de esta partida de Abraham está insinuada en estas palabras: “y se bendición”. Pues cuando el haya partido será bendición entre los pueblos al enseñarles la fe en Dios de manera que el mundo llegue a su perfección a través de él.

El judaísmo siempre ha entendido que el mensaje de Dios o es universalista o carece de sentido. La Torá y los profetas no harán mas que traducir en hechos concretos y en conductas diarias este enunciado.

Bendición para los pueblos, que significa el conocimiento de Dios para toda la humanidad. Este conocimiento no puede ser patrimonio de un grupo de personas, ya que a través de Abraham serán bendecidas “todas las familias de la tierra.”   

Ser judío es estar dispuesto a desafiar el consenso prevaleciente cuando, como tan frecuentemente ocurre, las naciones sucumben a la veneración de antiguos dioses.

Lo hicieron en Europa en los siglos XIX y en los comienzos del siglo XX.

Fue la era del nacionalismo: la búsqueda del poder en nombre de la nación-estado, que condujo a dos guerras mundiales y decenas de millones de muertos.

Es la era que estamos viviendo en la actualidad, donde Corea del Norte adquiere, e Irán desarrolla, armas nucleares para imponer sus ambiciones por la fuerza.

Es lo que está pasando ahora en gran parte del Medio Oriente y África en que las naciones incurren en violencia y en lo que Thomas Hobbes (1588/1679) llamó “la guerra de todo hombre contra todo hombre.” 

Nos equivocamos cuando imaginamos a los dioses representados por su apariencia externa – estatuas, efigies, íconos. Es algo que corresponde a un tiempo que hace mucho hemos superado. La forma de imaginar a los ídolos es lo que ellos representan. Simbolizan el poder: Ra para los egipcios, Baal para los Cananitas, Shemosh para los moabitas, Zeus para los griegos, y los misiles y bombas para los insurgentes y las naciones terroristas de la actualidad.

El poder nos permite dominar a otros sin su consentimiento. Como manifestó el historiador griego Tucídides, “Los poderosos hacen lo que quieren y los débiles sufren lo que deben.” 

El judaísmo es una crítica sostenida al poder. 

Trata sobre cómo puede ser construida una nación sobre la base de un compromiso compartido y una responsabilidad colectiva.

Cómo construir una sociedad que honra a la persona hecha a la imagen y semejanza de Dios. Es sobre la visión, nunca totalmente lograda pero tampoco abandonada, de un mundo basado en la justicia y la compasión, en la cual “No se hará daño ni estragos en toda Mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:9).

Abraham, sin duda alguna, es la persona más influyente que ha existido.

Hoy se afirma que es el ancestro espiritual de cristianos, de musulmanes                                                                                                                                                           y de judíos, más de la mitad de la población actual.

Sin embargo, no reinó ningún imperio, no comandó un gran ejército, no realizó milagros ni profecías. Es el ejemplo supremo, en toda la historia, de influencia sin poder.

¿Por qué? Porque fue preparado para ser diferente.

Como dicen los Sabios, fue llamado ha-ivri, “el hebreo” porque “todo el mundo estaba de un lado (be-ever ejad) y él estaba del otro”.

El liderazgo, como es sabido, puede ser muy solitario. Pero sigue haciendo lo que debe hacer porque sabe que la mayoría de la gente no siempre tiene razón y que la sabiduría convencional no siempre es sabia. Los peces muertos van con la corriente. Los vivos nadan contra la misma. Así es con la conciencia y el coraje. Así es con los hijos de Abraham. Están preparados para desafiar a los ídolos de su tiempo.

Después del Holocausto algunos sociólogos estaban turbados por la pregunta de por qué tanta gente estaba dispuesta, ya sea por participación activa o por una aprobación silenciosa, a apoyar a un régimen que estaba cometiendo uno de los grandes crímenes de la humanidad.

La presión para amoldarse a los roles asignados es lo suficientemente intensa como para instigar a las personas a hacer lo que saben que está mal.

Es por eso que a Abraham le fue indicado, al comienzo de su misión, dejar “su tierra, su lugar de nacimiento, la casa de su padre,” para liberarse de la presión de amoldarse.

Los líderes deben estar preparados para no seguir el consenso. Uno de los grandes autores sobre el tema del liderazgo, Warren Bennis, escribe: “Para la época en que llegamos a la pubertad, el mundo nos ha moldeado de una manera mayor de la que nos damos cuenta. Nuestra familia, los amigos y la sociedad en general nos han indicado – verbalmente y con ejemplos – cómo ser.

Pero la persona comienza a ser líder en el momento en que decide por sí mismo cómo ser.

Una razón por la cual los judíos han resultado ser líderes, en una proporción que no tiene relación con su número, y en casi cualquier disciplina, es precisamente por la voluntad de ser diferentes. A lo largo de los siglos los judíos han sido el ejemplo más impactante de un grupo que se ha negado a asimilarse a la cultura dominante o convertirse a la fe dominante.

Uno de los hallazgos de Solomon Asch vale la pena ser destacado. Él observó que cuando había sólo una persona dispuesta a respaldar al individuo que veía que los demás estaban dando la respuesta equivocada, le dio la fortaleza necesaria para alzarse contra el consenso.

Es por eso, que, a pesar de su número menor, los judíos crearon comunidades. Es difícil liderar en soledad, mucho menos difícil hacerlo en compañía de otros, aun siendo minoría.

El judaísmo es la voz antagónica en la conversación de la humanidad. Como judíos, no seguimos a la mayoría solo porque lo es.

 

Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta

Arieh Sztokman. Rabino

Mail: rabinoariehsztokman40@gmail.com

Tel. +5491144384946


 


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