MORARE EN ELLOS. Parashá Truma

 

MORARE EN ELLOS.

En este próximo Shabat, 25 de febrero de 2023 del calendario gregoriano, 4 de Adar de 5783 del calendario hebreo, leemos en la Torá la parashá Truma (Éxodo 25:1 – 27:19)

 

Por medio de esta parashá, es nuestro objetivo poner de manifiesto que para encontrarnos con Dios, no necesitamos edificios especiales.

Es difícil entender la profundidad de la crisis en la que se hundió el pueblo judío con la destrucción del Primer Templo.

Su misma existencia estaba predicada sobre una relación con Dios simbolizada por el servicio que tenía lugar cada día en Jerusalem.

Con la conquista de Babilonia en el año 586 a.e.c., los judíos perdieron no sólo su patria y su soberanía.

Al perder el Templo fue como si perdieran la esperanza misma, porque su esperanza estaba depositada en Dios… ¿Cómo podían acudir ahora a Dios si el lugar donde le servían estaba en ruinas?

En ese momento comenzó a tomar forma la respuesta.

El Templo ya no estaba de pie, pero su recuerdo permanecía y ese recuerdo era suficientemente fuerte como para unir a los judíos para servir a Dios de forma colectiva.

En el exilio, en Babilonia, los judíos comenzaron a reunirse para estudiar Torá, articulando una esperanza colectiva de retorno, recordando el Templo y sus servicios.

El profeta Ezequiel es uno de los que dio forma a la visión del retorno y la restauración, y a él le debemos la primera referencia indirecta a una institución radicalmente nueva que finalmente se volvió conocida como el Beit Kneset, la sinagoga.

Una sinagoga es un lugar de encuentro.

El término proviene del latín sinagōga, y este del griego sÿnagōgē, del verbo sÿnágein ('reunir, congregar').

En hebreo se llama Bet haKenéset (בית הכנסת), o 'lugar de reunión'.

Lo importante a decir, es que la palabra Synagôgê es la misma que en la biblia, en el Nuevo Testamento, se traduce como iglesia; esta palabra en hebreo también sale en el Antiguo Testamento, la cual se traduce como Congregación/Asamblea.

Se trata de un sitio de oración y estudio, pero también de reunión, diálogo e interpretación de la Torá, de ahí su nombre hebreo: 'Casa de la Asamblea'.

En sus comienzos, no siempre se trataba de edificios construidos específicamente para el culto; cualquier local podía hacer las veces de lugar de reunión, pero con el tiempo se construyeron y se construyen edificios de bella arquitectura, destinados a ser sinagogas, que satisfacen solo a los ojos

del ser humano.  

En el Tanaj (Biblia hebrea) no hay una sinagoga, no hay ningún mandamiento de construir casas de plegarias locales.

La sinagoga se convirtió en Jerusalem en el exilio, el hogar del corazón judío.

Esta es la máxima expresión del monoteísmo: que en cualquier lugar donde nos reunamos para elevar nuestro corazón hacia el Cielo, allí puede encontrarse a la Presencia Divina, porque Dios está en todas partes.

¿Qué significa Templo? (La palabra templo viene del latín templum, vocablo formado por la raíz indoeuropea tem (cortar) y el sufijo lo, que en su contacto creo una p epentética.

Hay que tener en cuenta que su significado primero no fue el de edificio religioso.

Se trata de un antiguo vocablo de la lengua augural.

Los augures, que vaticinaban por medio del vuelo de las aves, delimitaban o “cortaban” un espacio cuadrangular de cielo en el que centraban sus observaciones. 

Enseguida se extendió la práctica además de abrir tales espacios en los bosques talando la vegetación, espacios considerados sagrados y desde los que se practicaban estos ritos religiosos.

Así “templum” designó el espacio sagrado (de parecida formación y significación al termino griego “temenos”) y solo más tardíamente al edificio que en el interior se construía (aedes) para contener la estatua de un dios y las ofrendas u exvotos que los fieles le aportaban.

Una clara vinculación con el termino templo con las practicas augurales, nos queda aun en el verbo contemplar, en origen “observar el templum” o espacio sagrado delimitado en el suelo y en el cielo, para, primitivamente, consultar con los dioses mediante el vuelo de las aves, que es lo que hacía el sacerdote augur.

¿De dónde surgió la sinagoga?

Surgió de una institución mucho más antigua que es descripta en la parashá de esta semana: el Tabernáculo.

Tabernáculo Proviene del latín, concretamente de tabernaculum y significaba originariamente tienda de campaña.

En este sentido, en la antigüedad los comerciantes vendían sus productos en este tipo de construcciones y por este motivo la palabra taberna es un establecimiento destinado a la venta de algún producto.

En resumen, un lugar donde se juntaba gente.

El Tabernáculo  (en hebreoמִשְׁכָּן‎, Mishkán, «morada» de forma literal), según el Tanaj (Biblia hebrea), fue la tienda de reunión o tienda del encuentro  móvil, itinerante construido por los hijos de Israel bajo las instrucciones dadas por Dios a Moisés.

Su esencia era ser portátil, compuesto de vigas y cortinas que los levitas podían desmontar y transportar cuando los hijos de Israel viajaban por el desierto.

El Tabernáculo, una estructura temporaria, resultó tener una influencia permanente, mientras que el Templo, que debía ser permanente, resultó ser temporal.

Más significativa que la estructura física del Tabernáculo era su estructura metafísica.

La idea misma de que es posible construir un hogar para Dios parece absurda.

Desde una perspectiva politeísta, era demasiado sencillo entender el concepto de un espacio sagrado.

Los dioses eran medio humanos, tenían lugares en donde se los podía encontrar.

La misma idea de hacer un hogar en un espacio finito para un ser infinito parece una contradicción de términos.

La respuesta, sorprendente en su profundidad, se encuentra en el comienzo de la parashá de esta semana: "me harán un Santuario y habitaré en ellos [betojam]" (Éxodo 25:8).

Los místicos judíos señalan que esta frase es muy extraña lingüísticamente. Debería haber dicho: "Yo habitaré en él", no "Yo habitaré en ellos".

La respuesta es que la Presencia Divina no habita en un edificio sino en sus constructores; no en un lugar físico sino en el corazón humano.

El Mikdash (que hemos traducido como “makom kadosh” es decir un lugar santo.

Santo en nuestra tradición lo traducimos como “separado”) no era un lugar en el cual la existencia de Dios de alguna manera estaba más concentrada que en otras partes.

Más bien era un lugar cuya santidad tenía el efecto de abrir los corazones hacia Aquél a quien se servía en ese lugar.

Dios existe en todas partes, pero no en todas partes sentimos la presencia de Dios de la misma forma.

La esencia de "lo sagrado" es que es un lugar en donde dejamos de lado todos los dispositivos y los deseos humanos y entramos en un dominio totalmente reservado para Dios.

Si el concepto del Mishkán, del Tabernáculo, es que Dios vive en el corazón humano cuando este se abre sin reservas hacia el Cielo, entonces su ubicación física es irrelevante.

De esta manera quedó abierto el camino, siete siglos más tarde, para la sinagoga: la declaración suprema de la idea de que, si Dios está en todas partes, podemos llegar a él en cualquier lado.

Resulta conmovedor que la frágil estructura que describe la parashá de esta semana se haya convertido en la inspiración para una institución que, más que ninguna otra, mantuvo al pueblo judío vivo a lo largo de casi dos mil años de dispersión, la travesía más larga por el desierto.

 

Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta

Arieh Sztokman. Rabino

 

 

 



Comentarios

Entradas populares de este blog

DONDE DIOS QUIERE QUE ESTEMOS... Parasha Vaikrá

TIEMPO SAGRADO. Parasha Emor.