VIVAMOS CON EMUNAH - Parasha Mishaptim
VIVAMOS CON EMUNAH
En este próximo Shabat, 18 de febrero de 2023 del
calendario gregoriano, 27 de Shevat de 5783 del calendario hebreo, leemos en la
Torá la parashá Mishpatim (leyes) – Éxodo 21:1 – 24:18.
Una de las frases más famosas de la Torá hace su
aparición en la parashá de esta semana. Consiste en dos palabras: na´asé
venishmá, literalmente, “Haremos y escucharemos” (Éxodo. 24: 7). ¿Qué significa
esto y por qué es importante?
na´asé venishmá puede significar también “haremos y
comprenderemos”, “haremos y obedeceremos”.
De ahí se llega a la conclusión de que sólo
puede comprenderse actuando, cumpliendo con las enseñanzas y viviendo una vida con
honestidad, respeto, “emunah” que significa confianza, lealtad, fidelidad,
fuerza, firmeza, afirmación, cariño.
En el comienzo está el acto.
Sólo después viene la captación, la
internalización, la comprensión.
Como dice la conocida expresión española “si
quieres saber si el agua esta fría, pues, mójate los pies”
El pensamiento Occidental moderno tiende a poner
las cosas en un orden inverso.
Tratamos de entender a qué nos comprometemos antes
de aceptar el compromiso.
Eso está perfecto si se trata de firmar un
contrato, comprar un teléfono celular o encargar una suscripción, pero no para
asumir un compromiso existencial profundo.
La única forma de comprender el liderazgo es
liderando.
La única forma de comprender el matrimonio es
casándose.
La única forma de entender si una carrera
profesional es buena para uno, es probar durante un determinado tiempo.
Aquellos que caminan por la cornisa de asumir un
compromiso sin tomar la decisión hasta que estén claras todas las
circunstancias, verán que mientras tanto se les fue la vida.
La única forma de comprender un estilo de vida es
asumir el riesgo de vivirlo.
Por lo tanto puede entenderse naasé venishmá:
“Haremos, y eventualmente, después de una práctica extendida y larga exposición,
comprenderemos.”
Hemos vivido una situación que compartimos para
ratificar lo expresado. Habíamos propuesto ocuparnos de educar en valores y la
respuesta que hemos recibido fue: “primero debemos conocernos”, no se hizo nada
para conocernos, transcurrió el tiempo y nada se hizo.
De aquí se desprende una consecuencia importante. Primero
hagamos y luego “comprenderemos”.
Experimentamos a Dios de diferentes maneras.
Algunos lo hallan en la naturaleza, otros lo
encuentran en las emociones interpersonales, en la experiencia de amar y ser
amado, lo que Rabí Akiva expresó cuando dijo que en el verdadero matrimonio “la
Divina presencia se encuentra” entre los esposos.
Hay una forma normativa de hacer lo sagrado, pero
hay muchas formas de escuchar a la voz sagrada, de encontrar su sagrada
presencia, de sentir al mismo tiempo nuestra pequeñez y la grandeza del
universo que habitamos, y qué insignificantes debemos parecer ante lo vasto del
espacio y la miríada de estrellas.
Pero también sentimos cuán fundamentalmente
significativos somos, sabiendo que Dios ha puesto su imagen y semejanza en
nosotros, aquí, en este lugar, en este tiempo, bajo estas circunstancias, con
una tarea a cumplir si es que nosotros somos capaces de discernirla.
Podemos encontrar a Dios en las alturas y en las
profundidades, en soledad y junto a otros, con temor y amor, con luz
enceguecedora y en medio de la oscuridad más profunda.
Podemos encontrar a Dios buscándolo, pero a veces
Él nos encuentra cuando menos lo esperamos.
Ésa es la diferencia
entre naasé y nishmá. Cumplimos las órdenes de Dios “todos
juntos”.
Respondemos a sus mandamientos “con una sola voz”.
Pero escuchamos la presencia de Dios de muchas
maneras, porque, aunque Dios es Uno, nosotros somos todos diferentes, y cada
uno lo encuentra a su manera.
HAGAMOS JUNTOS.
Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta
Arieh Sztokman. Rabino
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