ALIMENTEMOS NUESTRO FUEGO. Parasha Tzav

 

ALIMENTEMOS NUESTRO FUEGO.

 

En este próximo Shabat (Dia de descanso) 1 de abril de 2023 del calendario gregoriano, 10 de Nisan de 5783 del calendario hebreo, leemos en la Torá (Primeros cinco libros de la Biblia) la parashá Tzav (ordena)

Levitico 6:1 – 8:36

 

El fuego del altar habrá de ser alimentado de manera que nunca se apague; el sacerdote echará leña cada día por la mañana… (Levítico 6:5)

El fuego arderá en forma perpetua sobre el altar, no debe apagarse. (Levítico 6:6)

¿Los seres humanos tenemos fuego interior?

Entendemos que Dios nos ha dotado a los seres humanos de capacidades, dones, inteligencia, habilidades, capacidad de hablar y pensar, como si cada una de ellas fueran como fuego que debemos alimentar a fin de que no se apague.

Así como el sacerdote, cuando existía el Templo de Jerusalem, debía echar leña cada día, nosotros, hoy debemos también ocuparnos de que no se apague nuestro fuego interior.

Las leñas de aquella época, tal vez hoy, sea el aprendizaje de muchos aspectos nuevos que en otra época no se conocían, como así también repetir aquellos conceptos que hemos aplicado las personas que hoy somos considerados “mayores” y que las personas de menor edad que nosotros no las aplican.

Educarnos, no tiene fin. Sin importar la edad cronológica que cada persona tenga, debe seguir aprendiendo y educando.

El mundo cambia con mucha velocidad y lo que sabíamos tal vez requiere alguna pequeña modificación y existen nuevos cambios que no conocemos.

Respetarnos.

Todos los seres humanos que caminamos sobre la faz de la tierra somos valiosos, únicos e irrepetibles, por lo tanto, debemos respetarnos.

Hablarnos cara a cara, de corazón a corazón.

Escucharnos. Escuchar para aprender a compartir, y no solo para responder.

Compartir. Aprender a crear un “nosotros”.

Para ello un relato que nos puede ilustrar.

Un señor que solía estar siempre presente en los encuentros cotidianos, súbitamente dejó de participar.

La persona que solía dirigir los encuentros se percató de ello y fue a la casa a visitarlo.

Tocó timbre y fue recibido cordialmente por el dueño de casa. Se saludaron y ambos se sentaron frente a frente delante del hogar que tenia los carbones encendidos.

El visitante, en silencio, comenzó a separar un carbón encendido, y al separarlo fue perdiendo su fuego hasta casi apagarse.

El silencio seguía, pero el dueño de casa fue percatándose de lo que ocurría.

El visitante se levanto de su silla y antes de dirigirse a la puerta para irse, acercó el carbón que había separado a los otros carbones encendidos y este tomo nuevamente fuerza y se encendió como los demás.

El dueño de casa al ver lo que el visitante había hecho, lo despidió diciendo: muchas gracias por la enseñanza, mañana vuelvo al grupo.

Si bien la lista de los “leños” de hoy pueden ser muy variados, no debemos dejar de lado el cuidar la salud, amarnos, ser felices y vivir con alegría agradeciendo a Dios por Sus regalos de cada día.

 

Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta

Arieh Sztokman. Rabino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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