LA IMPORTANCIA DE LOS LIMITES. Parasha Shemini

 

LA IMPORTANCIA DE LOS LIMITES.

 

En este próximo Shabat (Dia de descanso) 15 de abril de 2023 del calendario gregoriano, 24 de Nisan de 5783 del calendario hebreo, leemos en la Torá la parashá Shemini, (Levítico 9:1 – 11:47)

 

Hay un orden en el universo que debemos aceptar.

Los límites existen.

De eso se trata la historia de Adán y Eva en el Paraíso.

¿Por qué motivo habría de crear Dios dos árboles, el de la Vida y el del Conocimiento, del cual los humanos tenían prohibido comer?

¿Por qué decirles qué eran los árboles y qué podría provocar sus frutos? ¿Por qué exponerlos a la tentación-

¿Quién no desearía tener conocimiento y vida eterna si fuera posible conseguirlos simplemente comiendo un fruto?

¿Por qué plantar esos árboles en el jardín donde sería inevitable que los vieran los humanos?

¿Por qué someter a Adán y Eva a una prueba que sería improbable que pudieran superar?

Para enseñarles a ellos, y a nosotros, que, aun en el Edén, la Utopía, el Paraíso, hay límites.

Los limites son necesarios.

La libertad sin límites se transformaría en libertinaje. Dios nos concedió a los seres humanos el “libre albedrio” podemos hacer lo que queramos, pero también nos dio limites para que no nos transformemos en destructores.

Las señales en los caminos, que muchas veces el ser humano no respeta

generando muertes, por ejemplo, velocidad máxima, stop, no transitar por la banquina, respetar los semáforos, cruzar la calle por donde está marcada.

Todas estas señales, limites, son para cuidar la vida del ser humano   

Hay ciertas cosas que podemos hacer, o que quisiéramos hacer y aún no debemos hacer.

El ejemplo clásico es el del medio ambiente.

Casi en cualquier lugar en que haya puesto el pie un ser humano ha dejado una huella de destrucción a su paso.

Ha cultivado tierras hasta agotarla y cazado animales hasta su extinción. Esto ha ocurrido porque no ha tenido, insertado en su mente y hábitos, el concepto del límite.

De ahí que el concepto, clave para la ética medioambiental, sea la sustentabilidad, o sea, limitar la explotación de los recursos de la tierra hasta el punto en que puedan renovarse por sí mismos.

El fracaso de cumplir con esta norma hace que los seres humanos resulten exiliados de su propio jardín del Edén.

Hemos tenido conocimiento de las amenazas al medio ambiente desde hace mucho tiempo, ciertamente desde los años ‘70.

Pero las medidas tomadas para combatir la explotación, polución y destrucción de los hábitats por la humanidad han resultado, en gran medida, insuficientes y tardías. 

Se argumentó que la revolución científica y el Iluminismo nos hicieron creer que no hay límites, que la ciencia y la tecnología resolverán todos los problemas creados y que la tierra continuará indefinidamente dando sus frutos.

“El optimismo progresista está basado, en el fondo, en la negación de los límites naturales, y no podrá sobrevivir durante mucho tiempo en un mundo en el que la percepción de esos límites se ha vuelto ineludible.”[2] Si olvidamos los límites, a la larga perderemos el paraíso.

Esa es la advertencia de la historia de Adán y Eva.

Necesitamos que se nos recuerde que la ciencia, el conocimiento, el entusiasmo y el fervor no deben llevarnos a ir más allá de los limites que Dios ha prescripto para nosotros los seres humanos.

La energía contenida puede ser una fuerza motriz durante un periodo indefinido; la fuerza descontrolada es meramente un gran estruendo, generalmente destructivo.

En la naturaleza humana solo la energía disciplinada es efectiva.

Sin límites, las civilizaciones pueden ser fascinantes y efímeras como fuegos artificiales.

Para sobrevivir deben encontrar la forma de contener su energía para que pueda subsistir, sin disminución.

 “La energía descontrolada es un gran estruendo, generalmente destructivo.”

Creemos que necesitamos recuperar el sentido de los límites porque, en nuestra búsqueda descontrolada por conseguir mayor riqueza, más objetos y más poder estamos haciendo peligrar el futuro del planeta y traicionando nuestra responsabilidad por las generaciones venideras. 

Hay cosas que son como un fruto que no debemos comer y un fuego que no debemos llevar.

 

Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta

Arieh Sztokman. Rabino

 

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