TEMOR AL EXITO. Parasha Shlaj. 2023

 

TEMOR AL ÉXITO. Parasha Shlaj.

                        Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta

                        Arieh Sztokman. Rabino

 

En este Shabat 17 de junio de 2023 del calendario gregoriano, 28 de Sivan de 5783 del calendario hebreo, leemos en la Torá la parashá Shlaj (Números 13:1 – 15:41)

 

El Señor dijo a Moisés: Envía unos hombres a explorar el país de Canaán que

Yo doy a los hijos de Israel, enviaras a un hombre por cada una de sus tribus

paternas, todos ellos jefes de tribus. (Números 13:1/2)

Cuando Moisés los envió a explorar el territorio de Canaán, les dijo: Suban

ahí, por el Neguev, y luego avancen hasta la región montañosa. Observen

como es el país, y si la gente que lo ocupa es fuerte o débil, escasa o

numerosa. Fíjense también si la tierra donde viven es buena o mala, y si las

ciudades en que habitan son abiertas o fortificadas; si el suelo es fértil o

árido, y si este arbolado o no. Tengan valor, y traigan algunos frutos de la

región. (Números 13:17/20)

Moisés obedeciendo a Dios envió exploradores para que vean con sus ojos

como es el lugar que irán a habitar y no solo ello sino quienes serán sus

vecinos y como habrán de atender sus necesidades cotidianas, dado que

hasta ahora estaban acostumbrados a que Dios le proveyera de sus

necesidades básicas.

Cuando llegaron al valle de Eshcol, cortaron una rama de vid con un racimo

de uvas, y tuvieron que llevarlo entre dos, sostenida con una vara. También

recogieron granadas e higos. (Números 13:23)

Podemos entender leyendo este versículo que en el lugar que visitaron

encontraron frutos diferentes y aparentemente suficientes para su

alimentación.

Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país.

Entonces fueron a ver a Moisés, a Aharon y a toda la comunidad de los hijos de Israel en Cades,en el desierto de Paran, y le presentaron su informe, al mismo tiempo que les mostraban los frutos del país. Les comentaron lo siguiente: fuimos al país donde ustedes nos enviaron, es realmente un país que mana leche y miel, y estos son sus frutos.

Pero ¡que poderosa es la gente que ocupa el país! Sus ciudades están fortificadas y son muy grandes.

Además, vimos allí a los anaquitas. Los amalecitas habitan en la región del Neguev, los hititas,los jebuseos y amorreos ocupan la región montañosa, y los cananeos viven junto al mar y a lo largo del Jordán. (Números 13:25/29)

Entendemos que el primer error que cometen los exploradores es que

hablan a toda la comunidad en lugar de hacerlo solamente con Moisés y tal

vez con Aharon, dado que este último hasta ahora no había intervenido.

El segundo error por ellos cometido, según nuestra opinión, fue que

involucraron a toda la comunidad cuando dicen “ustedes nos enviaron”

cuando el único que lo hizo fue Moisés.

Cuando dicen “que poderosa es la gente que ocupa el país”, entendemos

que es una suposición, dado que exploraron el país en cuarenta días y

ninguna persona le hizo daño alguno, por lo tanto, ¿Cómo saben que la

gente es poderosa?

Además, todo el relato de los distintos habitantes no es perjudicial. Los

exploradores supusieron que la posesión de la tierra parece ser una

empresa humana imposible, debido a la inferioridad numérica y militar de

los hijos de Israel.

Supusieron...

Para entender este pasaje es esencial percibir que el informe de los diez

exploradores era totalmente infundado.

Sólo mucho más tarde, en el libro de Josué, cuando él mismo manda

exploradores, se enteraron por Rajab, la mujer que los alojaba, qué fue lo

que pasó cuando los habitantes de la tierra se enteraron de que llegaban

los hijos de Israel.

“Cuando Rajab subió a la terraza, donde estaban los exploradores, estos

aún no se habían acostado. Ella les dijo: Yo se que el Señor les ha entregado

este país, porque el terror que ustedes inspiran se ha apoderado de

nosotros y todos los habitantes han quedado espantados a la vista de

ustedes. Nosotros hemos oído como el Señor secó las aguas del mar rojo

cuando ustedes salían de Egipto, y como ustedes trataron a Sijon y a Og, los

dos reyes amorreos que estaban al otro lado del Jordán y que ustedes

condenaron al exterminio. Al enterarnos de eso, nuestro corazón

desfalleció, y ya no hay nadie que tenga ánimo para oponerles resistencia,

porque el Señor, su Dios, es Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la

tierra”. (Josué 2:8/11)

¿Cuál era su situación en ese momento? Comían el maná del cielo. Tomaban agua de una fuente milagrosa. Estaban rodeados de las Nubes de Gloria. Levantaban campamentos alrededor del Santuario. Estaban en contacto continuo con la Shejiná (Presencia divina). Nunca pueblo alguno vivió tan cerca de Dios. 

¿Cuál sería su situación si entraban en la Tierra? Tendrían que luchar batallas, mantener un ejército, crear una economía, labrar la tierra, preocuparse por si la cantidad de lluvia caída era suficiente para cosechar lo sembrado, y las mil distracciones que provienen de vivir en el mundo. Allí no serían más que una nación entre un mundo de naciones, con los mismos problemas económicos, sociales y políticos con los que debe lidiar toda nación. 

Los exploradores no temían al fracaso, temían al éxito.

Lo que no alcanzaron a comprender fue que Dios requiere, “morar en los mundos inferiores”.

Una de las grandes diferencias entre el judaísmo y otras religiones es que mientras las otras buscan elevar a las personas al cielo, el judaísmo busca bajar el cielo a la tierra. 

Todo lo expresado por los exploradores genero el desánimo en el pueblo.

La tierra que recorrimos y exploramos devora a sus propios habitantes.

(Números 13:32).

Entendemos que esta expresión de los exploradores no es real, no lo vieron,

sino que sus temores le hicieron ver, supusieron, lo inexistente.

“...Nosotros nos sentíamos como langostas delante de ellos y esa es la

impresión que debimos darles”. (Números 13:33)

Es obvio que los exploradores se sentían inferiores a los habitantes del lugar

y además cometieron el error que creían saber qué es lo que los otros

pensaban.

No existe la posibilidad de saber qué es lo que la otra persona piensa o

siente a menos que lo digan en palabras.

Gran parte de la Torá trata de temas que, por convención, no parecerían religiosos: relaciones laborales, agricultura, bienestar social, préstamos y deudas, tenencia de la tierra y otros temas similares. No es difícil tener una experiencia religiosa intensa en el desierto, en un retiro en un monasterio, o en un ashram (lugar para la práctica de yoga).

La mayoría de las religiones tienen lugares sagrados y personas sagradas que habitan lejos de los rigores y exigencias de la vida cotidiana. Hubo una secta judía de estas características en Qumram, que conocemos a través de los Rollos del Mar Muerto, y seguramente había otras, el tema no tiene nada de particular. 

Pero ese no es el proyecto judío, la misión judía.

Dios quiso que los hijos de Israel crearan un modelo de sociedad donde los seres humanos no fueran tratados como esclavos, donde los gobernantes no fueran adorados como semidioses, donde fuera respetada la dignidad humana, donde la ley fuera imparcialmente aplicada por igual a ricos y pobres, donde no hubiera ningún carenciado, ninguna persona aislada ni abandonada, ninguno por encima de la ley, y ningún área de la vida fuera del ámbito de la moralidad.

Eso requiere una sociedad, y una sociedad necesita una tierra, una economía, un ejército, campos y ganado, trabajo y creación. Todas estas cosas, dentro del judaísmo son formas de traer a la Shejiná (Presencia divina) a los espacios compartidos en nuestra vida colectiva. 

“Entonces la comunidad en pleno prorrumpió en fuertes gritos y el pueblo

lloro toda aquella noche. Los hijos de Israel protestaron contra Moisés y

Aharon y toda la comunidad les decían: ¡Ojalá hubiéramos muerto en

Egipto!! ¡Ojalá muriéramos en este desierto! ¿Por qué el Señor nos quiere

hacer entrar en esa tierra donde caeremos bajo la espada? ... ¡Elijamos un

jefe y volvamos a Egipto!” (Números 14:1/4)

Que ... somos los seres humanos, ante la primer aparente dificultad decimos

que preferimos la muerte antes que enfrentar la nueva situación.   Además,

nos consideramos víctimas de la decisión de nuestros conductores y al

mismo tiempo expresamos en palabras que preferimos la esclavitud a la

libertad.

Preferían los hijos de Israel vivir en el supuesto confort de la esclavitud ante

la inseguridad de la libertad.

La fe es tener el coraje de arriesgar. No es tener certeza; es la capacidad de vivir con incertidumbre. Es la capacidad de escuchar a Dios decirnos a nosotros, como le dijo a Abraham, “Camina delante de Mí” (Génesis. 17:1). 

Estaban acostumbrados a que les provean sus necesidades básicas.

Este pasaje bíblico de los exploradores nos enseña la importancia de

considerarnos valiosos y que podemos.

No renunciar ante las nuevas situaciones, como dijo Winston Churchill

“Never give up” (Nunca renuncies)

Además, es importante modificar viejos conceptos como: “más vale malo

conocido que bueno por conocer” y en su lugar generar “más vale bueno

por conocer que malo conocido” y hacer el esfuerzo de cambiar en lugar de

continuar en zonas de confort, generando situaciones mejores para cada

uno de nosotros.

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