EDUCAR PARA LOGRAR BUENA GENTE

 

EDUCAR PARA LOGRAR “BUENA GENTE”.

 

Yo debo decir que, a lo largo de mi vida, ya pronto 80 años de vida, he nacido el 6 de abril de 1943, no he sido educado, por el contrario, mucha gente como así también la cultura del país donde nací, Argentina, me ha enseñado distintas formas de vida que estimo he aprendido.

Muchas me resultaron positivas y otras no tanto.

Educar es sacar de dentro del ser humano, lo que este tiene dentro.

Enseñar es lo opuesto, es poner dentro del ser humano. 

He aprendido que cuando algunas situaciones de la vida cotidiana no suceden como nos gustaría, la mayoría de seres humanos, generalmente preguntan ¿Por qué Dios ha hecho eso?, ¿Por qué nos ha castigado?

Y muchas otras preguntas que no tienen respuesta.

Generalmente todas estas preguntas y muchas otras son formuladas por personas que en su vida habitual no tienen ninguna relación con Dios, y en otros casos lo niegan directamente y solamente se acuerdan de El para hacerle preguntas y/o reclamos.

Sin embargo, la mayor cantidad de gente no agradecen, casi nunca, por todo lo que fueron recibiendo diariamente, por ejemplo, el cotidiano despertar, el sueño reparador de cada noche, la buena noticia que les permite seguir sus vidas con tranquilidad, sin ansiedad y sin temor.

Por lo expresado sugerimos en primera instancia aprender a ser agradecidos, decir Muchas Gracias, porque hoy he recibido, inmerecidamente, el regalo que se llama Vida.

Vivamos la vida que no es linda, ni fea, ni buena, ni mala, ni justa, ni injusta, es ni mas ni menos que VIDA.

Vive… vive… y si algo no te gusta, cámbialo, y si algo te da miedo, supéralo, y si algo te enamora, tómalo.

El vivir cada día no implica que todo nos va a salir maravillosamente como nosotros queremos, al contrario, la vida es una constante sube y baja, momentos de alegría, momentos de tristeza y así sucesivamente.

El mejor ejemplo para entender como es la vida lo tenemos en el resultado de un electrocardiograma.

El dibujo de dicho estudio de una persona viva tiene altos y bajos, en cambio el dibujo de una persona muerta es una línea recta.

En nuestra tradición judía antes de beber vino decimos una bendición con la cual alabamos a Dios y agradecemos que nos haya dado el fruto de la vid y con la copa en la mano y antes de beber decimos Lejaim (por la vida).

Moisés, nuestro Gran Maestro, dijo “…entregué delante de ustedes la bendición y la maldición y elegirás la vida para que vivas tu y tu descendencia” (Deuteronomio 30:19), es decir que Dios por intermedio de Moisés nos sugiere que elijamos la vida.

Como consecuencia de ello surge la pregunta ¿y ahora que hago con la vida?

Hoy entiendo que lo importante es aprender a vivir en lugar de ganarnos la vida tal como nos lo enseñan.

La vida no es una competencia en la cual es mejor ganarle a alguien, como tampoco es una cuestión económica

En principio los seres humanos necesitamos dos cosas muy importantes, alimentación del cuerpo y alimentación del alma, sin ello nos morimos, todo lo demás al comienzo de nuestras vidas no lo necesitamos, si nos lo brindan es más cómodo.

Lo primero que nos debieran educar, no enseñar, es amar y respetar.

Amarnos a nosotros mismos para luego aprender a amar a los demás, sin importar quienes son los otros.

Lo seres humanos somos gregarios, es decir, sin el otro, no somos, no podemos vivir en soledad, por ello nos debieran educar para aprender a convivir, es decir lo contrario de lo que nos vienen enseñando desde hace muchos años.

En nuestra tradición judía, no interesa si es religiosa, laica o neutra, tenemos un texto el cual debiera ser utilizado, principalmente, como medio educativo, la Biblia hebrea (Tanaj).

 Podemos utilizar este texto como punto de partida, como así también el Nuevo Testamento, el Corán, y cuanto texto consideremos necesario para lograr nuestros objetivos.

El objetivo es educar para lograr “Buena Gente”.  

Por ejemplo, el libro de Genesis, además de la creación del mundo y nuestra propia creación por parte de Dios, tenemos el relato de la vida de distintas personas que nos pueden ser un ejemplo para imitar o no, de un cumulo de seres humanos.

El segundo libro Éxodo nos trasmite los problemas de un cumulo de seres humanos, su esclavitud, su liberación y la educación que Dios nos regaló a ellos y a la humanidad toda, por medio de las tablas de la Ley o lo que llamamos los Diez Mandamientos y luego todo el ritual que Dios nos trasmitió para alabarlo.

El tercer libro Levítico se ocupa de todo lo ritual que debían llevar a la practica aquellos seres humanos en el desierto, sin embargo, en dicho texto se encuentra por primera vez “Amaras a tu prójimo como a ti mismo…” y es una educación tan importante que se repite mas de una vez en el Nuevo Testamento.

El cuarto libro Números nos relata la vida de aquellos seres humanos en el desierto y que obviamente puede ser un ejemplo para nosotros hoy en el mundo que nos toca vivir.

El quinto libro Deuteronomio es la repetición de Moisés a la nueva generación nacida en el desierto para que ellos sepan que vivieron sus antepasados y aprendan.

Moisés habló del futuro distante y del deber de los padres de educar a sus hijos. Hasta insinuó – así lo entendió la tradición judía – que debemos incentivar a los niños a hacer preguntas, de tal manera que el manejo de la herencia judía no sea un aprendizaje de memoria, sino que resulte del diálogo activo entre padres e hijos.

Entendemos, a fin de universalizar conceptos y democratizar el conocimiento, que lo que ha sido y es bueno para la comunidad judía, puede ser también bueno para el resto de la humanidad.

Por todo esto, el judío fue el pueblo de la historia que predicó su supervivencia en base a la educación.

El deber más sagrado de los padres era y es, enseñar a sus hijos.

Los judíos construyeron escuelas.

Es por eso, que, de todas las civilizaciones del mundo antiguo, el pueblo judío aún perdura, continuando con la vocación de sus ancestros.

¿Cuántos imperios han nacido y han desaparecido?

No se puede cambiar el mundo solo mediante lo externo, como la arquitectura monumental, los ejércitos, los imperios, el uso de la fuerza del poder.

Hay una sola manera de cambiar el mundo, y es mediante la educación de valores a fin de aplicar el versículo que dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, el valor máximo.

Es necesario educar, no solo a los niños la importancia de la justicia, la rectitud, la bondad y la compasión.

Debemos educar que la libertad solo puede sustentarse por las leyes y la práctica del respeto a la creación de Dios.

Es necesario recordar constantemente las lecciones de la historia: “Fuimos esclavos del Faraón en Egipto” porque los que olvidan la amargura de la esclavitud pueden perder el compromiso y el coraje de luchar por la libertad.

Y debemos estimular a los hijos para que pregunten, desafíen y discutan. Debemos respetarlos para que ellos sepan respetar los valores que queremos transmitirles.

Esta es una lección que la mayoría de las culturas no ha aprendido después de más de tres mil años.

Las revoluciones, protestas y guerras civiles todavía se llevan a cabo, alentando al pueblo a pensar que con remover a un tirano o tener una elección democrática se terminará la corrupción, habrá libertad, y eso conducirá a la justicia y al imperio de la ley – y todavía la gente se sorprende y se decepciona cuando eso no se produce.

Lo único que ocurre es un cambio de rostros.

Lo que Dios le enseñó a Moisés fue que el verdadero desafío no está en lograr la libertad; está en sostenerla, manteniendo vivo el espíritu de libertad en el corazón de las sucesivas generaciones.

 Esto solo puede lograrse mediante un permanente proceso de educación en valores.

 Tampoco es algo que pueda delegarse en los maestros, en las escuelas.

 Una parte debe formularse en la familia, en el hogar.

El verdadero cambio del comportamiento humano requiere del esfuerzo de muchos.

 Por eso debemos darle la máxima prioridad a la educación en lo personal, en la inmediatez y para el futuro.

Es lo que debiéramos aprender en el colegio para aprender a repetir sus aciertos y corregir sus errores.

En primera instancia debemos aprender que cada ser humano que camina sobre la faz de la tierra es valioso, único e irrepetible y es importante que cada uno de nosotros aprenda a respetarse y a respetar, para ello entiendo que debiéramos aprender de nuestros padres, quienes han sido, los primeros seres humanos que nos respetaron y de ellos aprendimos a respetar.

Es interesante ver que la mayoría de los profesionales, sean médicos, abogados, contadores, rabinos, etc., han surgido de casas de “buena gente”, no eran profesionales.

Nos educaron en el respeto, con respeto para ser “buena gente” y aprendamos a convivir con “el otro”.

Lo hemos logrado.

Hoy siglo XXI con conceptos de vida diferentes a los que hemos aprendido debemos volver al RESPETO de uno para con el otro.

Debemos volver al encuentro físico, dejar de lado tanta electrónica, para volver al saludo, volver a  la cara, hacer lo que solo los seres humanos somos capaces de hacer, Hablar.

Volver a encontrarnos en los lugares que fueron creados para ello hace muchos años, la sinagoga y la iglesia, como así también cualquier otro espacio físico que pueda ser de utilidad para encuentros.

Al encontrarnos en dichos lugares, con nuestros abuelos, padres e hijos, comenzaremos a hablarnos, a estudiar y si queremos también podemos rezar.

Rezar que en hebreo se dice “lehitpalel” es una tarea de hablar con Dios para generar modificaciones dentro de cada uno.

El verbo lehitpalel es un verbo reflexivo es decir que la acción recae en uno mismo.

Sugiero no leer solamente la Tora de un libro, sino que estudiarlo porque leer no alcanza, debemos aprender de dicho texto y ello se lograr por medio de la conversación entre seres humanos.

Eduquemos a “hablar con Dios” en lugar de solo repetir lo que esta escrito.

Tal vez haya que dejar de lado el “libro de oraciones” y hacer que cada cual invente sus propias oraciones y las compartamos.

A veces, si es necesario, dejar de lado el cuidado de la “halaja” (ley) porque muchas veces por cuidar la ley se dejan de hacer cosas muy importantes como por ejemplo no estudiar la Torá.

Si cuidamos tanto la ley, corremos el peligro de transformarla en un ídolo y sin quererlo nos transformamos en “idolatras”.

Hoy, la mayoría de los hijos de los profesionales no siguen el camino de sus padres, ¿Por qué?

No puedo contestar a la pregunta porque no conozco la situación de cada unos pero entiendo que seria muy bueno que cada uno contestara.

El mundo en el cual vivimos esta mal y cada vez empeora, entonces hay una pregunta ¿si la mayoría de la gente hace las cosas bien, por que cada vez estamos peor?

No es cuestión de echarle la culpa al otro, como casi siempre se ha hecho, sino por el contrario asumir nuestra responsabilidad y generar la modificación.

Historia de la verdad y la mentira

 

Cuenta la leyenda que un día se encontraron la verdad y la mentira

“Buen día” dijo la mentira. “Buen día” contesto la verdad.

“Hermoso día” comento la mentira. Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto, y lo era. Entonces “Hermoso día” contesto la verdad.

“Aún más hermoso está el lago” dijo la mentira. Entonces la verdad miro hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.  Luego corrió la mentira hacia el agua y dijo “El agua aun esta más hermosa, nademos” La verdad toco el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira, ambas se quitaron la ropa y nadaron tranquilas, un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.

La verdad fue incapaz de vestirse con las ropas de la mentira y comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla desnuda.

Es así como aun hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo.

 

NO NOS SEPAREMOS MAS. REUNAMONOS.

LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD NOS MUESTRA LO QUE HEMOS LOGRADO LOS SERES HUMANOS GRACIAS A LAS DIVISIONES Y POSTERIORES SEPARACIONES.

MUCHOS MUERTOS.

 

Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta

Arieh Sztokman. Rabino

marzo  2023

 

 

 

 

 

 

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