HASTA LOS 120 - Parasha Devarim 2023

 

HASTA LOS 120

                        Amanda Adriana Arimayn. Arquitecta

                        Arieh Sztokman. Rabino

 

En este Shabat 22 de julio de 2023 del calendario gregoriano, 4 de Av de 5783 del calendario hebreo, leemos en la Tora la parashá Devarim (Deuteronomio 1:1 – 3:22)

Celebrando el cumpleaños de una persona conocida, me acerqué a él y le dije el augurio conocido en nuestra tradición judía “hasta los 120”. Me agradeció y en tono de broma me dijo ¿Por qué me pone límites? Todos los presentes esbozamos una sonrisa.

Ese número está establecido como el límite máximo de longevidad en Génesis 6:3 y está asociado especialmente a Moisés, sobre el cual dice la Torá: 

“Moshé tenía ciento veinte años cuando murió, pero sus ojos permanecieron sin velo y su fortaleza intacta” (Deuteronomio.34:7). 

Junto con Abraham, hombre de personalidad y circunstancias muy diferentes, Moshé es el ejemplo de cómo envejecer bien. Con la extensión actual de la longevidad humana, este es un tema importante y significativo para muchos de nosotros. ¿Cómo se hace para envejecer y seguir siendo joven? 

Los investigadores trataron de descifrar qué factores – desde el tipo de personalidad, inteligencia, salud, hábitos y relaciones – contribuyen al florecimiento de la persona.

Entre las múltiples dimensiones del envejecimiento exitoso, se identificó a dos que son especialmente relevantes en el caso de Moisés.

La primera es la generatividad, o sea, el ocuparse de la generación siguiente, “invertir en la propia existencia mediante formas de vida y trabajo que trascenderán al individuo.”

En la mitad de la vida, o más adelante, cuando hemos desarrollado una carrera, una reputación y una serie de relaciones, podemos estancarnos o decidir hacer una devolución a la comunidad, a la sociedad o a la futura generación. 

Otra dimensión relevante ser el guardián del significado.

Con eso quiere referirse a la sabiduría que viene con la edad, algo que por lo general es más apreciado por las sociedades tradicionales que por las modernas o posmodernas.

Los “ancianos” mencionados en el Tanaj (Biblia hebrea) son valorados por su experiencia.

“Pregúntale a tu padre y él te dirá, a tus mayores, y ellos te lo explicarán,” Dice la Torá (Deuteronomio 32:7).

Ser el guardián del significado consiste en entregar los valores del pasado al futuro.

La edad trae consigo la reflexión y desapego que nos permite dar un paso atrás y no ser sometidos a la moda del momento, al estilo pasajero o a la locura de la multitud.

Necesitamos esa sabiduría especialmente en una era tan acelerada como la actual donde enormes éxitos pueden ser logrados por personas aún bastante jóvenes.

Lo que es impactante del libro de Deuteronomio, que transcurre enteramente en el último mes de la vida de Moisés, es cómo describe al anciano, pero aún apasionado líder dedicado a la doble tarea de la generatividad y de ser el guardián del significado. 

Moisés en sus últimos días dedicó su atención a la próxima generación y se embarcó en un nuevo rol.

Moisés el libertador y legislador, asumió la tarea por la cual se lo conoce tradicionalmente: Moshé Rabenu, “Moisés nuestro maestro.” 

Les contó a los jóvenes hijos de Jacob quiénes eran, de dónde venían y cuál sería su destino.

Les dio leyes, y de una forma novedosa dentro de su contexto social. Habló sobre la justicia, el cuidado de los pobres, la consideración con los empleados y el amor al extranjero.

Les comentó acerca del amor de Dios por sus ancestros, y los urgió a devolver ese amor con todo su corazón, fuerza y alma.

Restableció el pacto, recordándole al pueblo las bendiciones que recibiría si mantenía su fe en Dios. 

Él les mostró el significado de generatividad, dejando tras de sí un legado que lo trascendió, y lo que significa ser el guardián del significado, resumiendo toda su sabiduría para reflexionar sobre el pasado y el futuro, y dándoles a los jóvenes el regalo de su larga experiencia.

Como ejemplo personal de esto, les demostró lo que significa envejecer permaneciendo joven.

La energía de Moisés estaba intacta debido a que no había perdido el idealismo de su juventud, su pasión por la justicia y por las responsabilidades que trae la libertad. 

Es fácil abandonar los ideales cuando se comprueba lo difícil que es cambiar, aunque sea una pequeña parte del mundo, pero al hacerlo uno se vuelve desilusionado, cínico, desencantado.

Esa es una forma de muerte espiritual.

Los que no lo hacen, los que nunca se rinden, los que ven alrededor de sí un mundo de posibilidades y alientan y empoderan a los que les siguen, mantienen su energía espiritual intacta. 

Hay algo que nos moviliza al ver a Moisés, casi a los 120, mirando hacia adelante además de hacia atrás, compartiendo su sabiduría con los jóvenes, enseñándonos que mientras el cuerpo puede envejecer, el espíritu puede mantenerse joven ad mea veesrim, hasta los ciento veinte, si mantenemos nuestros ideales, devolvemos a la comunidad y compartimos nuestra sabiduría con los que nos sucederán, inspirándolos para continuar lo que nosotros no pudimos completar.

 

 

 

 

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