CELEBRANDO PESAJ.
CELEBRANDO PESAJ.
Amanda
Adriana Arimayn. Arquitecta
Arieh
Sztokman. Rabino
El día 5 de abril de 2023 por la noche comienza la
festividad judía de Pesaj o Pascua judía.
Es cuando recreamos la historia del éxodo de Egipto
en los días de Moisés. Es un ritual que no se lleva a cabo en la sinagoga, sino
en casa alrededor de la mesa en presencia de la familia.
Si por alguna razón no existiese, las persona solas
son invitadas por otras familias y se genera la “familia extendida”.
Comienza con preguntas hechas por el niño más
pequeño.
Es un ritual centrado en los niños, y el judaísmo
es una fe centrada en los niños.
Creemos que los niños han sufrido mucho en el mundo
moderno.
No nos referimos solo a los 30.000 que mueren todos
los días a causa de enfermedades prevenibles; o los cientos de millones que
carecen de acceso a agua potable y asistencia médica; o las decenas de millones
que no tienen ningún tipo de educación.
Pensamos en niños más cerca de casa. Los que sufren
los efectos de la ruptura de la familia estable.
Estamos pensando en el espantoso aumento de las enfermedades
depresivas, el abuso de drogas y alcohol, los trastornos alimentarios y otros
síndromes relacionados con el estrés entre los jóvenes.
Y los muchos millones de niños que viven en la
pobreza, en muchos países, incluso en esta época de opulencia y globalización.
Y hay otro tipo de pobreza infantil: emocional,
psicológica.
Más que dinero, los niños necesitan el tiempo de
sus padres.
Más que pantallas de computadora y videojuegos,
necesitan nuestra atención.
Más que teléfonos móviles y tarjetas de crédito,
necesitan valores por los que vivir y una historia que los vincule con el
pasado y el futuro, dando forma y dirección a sus vidas.
Por ello entendemos que nosotros los adultos que
debiéramos cumplir con el precepto que dice “le dirás a tu hijo…” (Éxodo 13:8)
debemos aprender para poder decirles a las nuevas generaciones lo correcto y no
tener que contestar “no se” o tal vez inventar una respuesta para no pasar
vergüenza delante de ellos.
El niño promedio pasa hasta 35 horas a la semana
frente a una pantalla, pero solo 35 minutos a la semana hablando con su padre.
Y hemos inventado una forma de autoengaño al llamar
a esto ‘tiempo de calidad’, como si de alguna manera pudieras meter 30 minutos
de amor en 3.
Si nuestra esperanza de vida promedio se redujera
en un 90%, ¿lo llamaríamos tiempo de calidad?
A la larga, las civilizaciones tienden a volverse
como las cosas que más valoran.
Aquellos que valoran las cosas sin vida como las
posesiones materiales, eventualmente se vuelven sin vida.
Aquellos que adoran cosas que perecen, ellos mismos
perecen.
Los imperios más ricos y poderosos eventualmente se
derrumbaron y se convirtieron en polvo.
Sin embargo, el judaísmo, la fe más antigua de
Occidente, aún sobrevive, y sospecho que, porque no menos de hace treinta y
tres siglos, en el libro del Éxodo, Moisés nos dijo que nunca nos olvidemos de
enseñar nuestra historia a nuestros hijos.
Las civilizaciones que valoran a los jóvenes,
permanecen jóvenes.
Y eso es lo que haremos, esta vez con nuestros nietos,
mañana por la noche.
Extraído de lo dicho por el Rabino Jonathan Sacks
(Z”L)
JAG PESAJ CASHER VE SAMEAJ (Fiesta Pesaj
Casher y Alegre)
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